A favor de «Bridget Jones: Loca por Él» de Michael Morris

Nos han vendido que «Bridget Jones: Loca por Él» iba a ser un triángulo romántico con toque cougar… Pero su director Michael Morris la ha convertido en algo mucho mejor: una reflexión sobre el duelo por un ser querido.

Nunca creí que «Bridget Jones: Loca por Él» me impactaría de la forma en la que me ha impactado. Al fin y al cabo, aproveché los días previos al estreno de la cuarta entrega de la serie de películas basada en la saga literaria de Helen Fielding para volver a ver las tres anteriores… Y llegué a la conclusión de que esta es una revisión que no prepara a nadie para lo que realmente ofrece (puede que de forma un poco tramposa si nos fiamos del tráiler) el film dirigido por Michael Morris.

Este efecto sorpresa se basa en dos hechos. El primero de ellos es que la trilogía precedente parecía definir una ruta natural para el personaje de Bridget Jones eternamente encarnado por Renée Zellwegger: la primera película se consagraba a la obsesión por tener novio, la segunda a la fijación por conseguir marido y la tercera a la locura de tener hijos… Siguiendo esta ruta natural, parecía bastante claro que la cuarta entrada de la saga solo podía tratar un tema: la menopausia, de la que una pluma como la de Fielding sería capaz de arrancar una hilaridad mucho más que elocuente.

Esta idea de la menopausia, sin embargo, es espantada directamente por el segundo hecho que refuerza el mencionado efecto sorpresa: el tráiler de «Bridget Jones: Loca por Él». En este clip, se nos da a entender que esta cuarta entrega volverá a recurrir a un triángulo amoroso con la variante de que uno de los tres vértices, ¡sorpresa, sorpresa!, convierte a la protagonista en una cougar indecisa entre su yogurín Roxster (Leo Woodall) y el profesor de sus hijos (Chiwetel Ejiofor).

Pero, ¡cuidado!, ya lo he dejado caer más arriba: el tráiler en cuestión no podría ser más engañoso y mentiroso. Porque en él se puede ver que esta nueva entrega contiene todo aquello que siempre nos ha divertido / entretenido / emocionado en la saga «Bridget Jones»… Pero escamotea de forma realmente tramposa algo nuevo que es lo que eleva a «Loca por Él» a un nivel cinematográfico nunca antes alcanzado por la saga.

Bridget Jones: Loca por Él

De la misma forma que ocurre en el resto de entregas de la saga, los personajes de «Bridget Jones: Loca por Él» funcionan y enganchan precisamente porque son arquetipos. Tras encarnar el arquetipo de solterona a la que se le está pasando el arroz y de madre geriátrica que es de todo menos geriátrica, la Bridget Jones de esta cuarta entrega encarna un doble arquetipo: el de viuda (tras la muerte del que finalmente fuera su marido Mark Darcy, aquí interpretado de nuevo por Colin Firth) y el de cougar que redescubre el sexo y el amor al verse atrapada entre la atracción por un chaval irresistible y el atractivo del profesor de sus hijos.

Estos dos personajes, a su vez, también viene a ser arquetipos de la misma forma en la que lo fueron Mark Darcy (el hombre callado que ama desde el silencio) y Daniel Cleaver (el canalla que no puede mantener la picha dentro del pantalón). En este caso, Roxster cumple con el cliché de buenorro simpático que tan pronto te lo da todo como te lo quita (¿alguien dijo ghosting? ¿Irresponsabilidad emocional? El chaval tiene todo lo mejorcito de su generación); mientras que Mr. Wallaker no responde únicamente al arquetipo de profesor, sino al de hombre de ciencia que intenta explicarlo todo a través de la razón. Todo. Incluso el amor. Y la muerte.

«Bridget Jones: Loca por Él» no solo honra a la saga dando continuidad a los arquetipos, sino que también recupera todo un conjunto de personajes y subtramas que harán que te tiemble el corazoncito si, como yo, has crecido y envejecido con estas películas. Daniel Cleaver (Hugh Grant) vuelve a hacer acto de presencia ahora como amigo de Jones, una posición que le reserva varios golpes realmente cómicos. El grupo de amigos de Bridget sigue siendo tronchante, igual que su madre. Y los compañeros del trabajo continúan con el acierto de «Bridget Jones’ Baby» de frenar un poco con la tendencia a mostrar a la protagonista como un desastre total y validar sus buenísimas aptitudes como productora televisiva.

Bridget Jones: Loca por Él

Dicho de otra forma: Bridget ya no es un desastre total… Ahora es tan solo un desastre parcial y, como suele ocurrir cuando se huye de los absolutos, los parciales se refuerzan el uno al otro por contraste (es decir: las cagadas de la prota son más graciosas precisamente porque se perciben como una grieta en el armazón de su solvencia laboral). Esto mismo también ocurre en el film con los hijos de Jones, que la obligan a surfear entre las dos olas alternativas de lo histérico (cuando los niños se despendolan) y lo entrañable (porque, por debajo de la histeria, siempre se siente el amor inmenso de una madre).

Además, es que «Bridget Jones: Loca por Él» tiene lo único que hay que pedirle a una entrega de esta saga: escenas para el recuerdo. Ahí está Bridget colgando de un árbol o comprando mil cajas de condones antes de darse cuenta de quién tiene detrás en la cola de la farmacia. Ahí está la gigantesca Emma Thompson como ginecóloga extralimitando sus funciones. Ahí está el pelo revuelto de Jones que provoca preguntas insistentes y una confesión ante un público inesperado. Y ahí está, claro, el yogurín como recurso cómico con momentos tan tremendos como el rescate canino en la piscina y su posterior emerger como Adonis mojado en medio de una fiesta de cumpleaños.

Definitivamente, el personaje de Roxster está aquí para reforzar la comicidad que siempre está asegurada en la saga «Bridget Jones»… Lo interesante es que el profesor interpretado por Chiwetel Ejiofor está aquí no solo como contrapunto romántico, sino sobre todo para introducir lo que nunca esperarías en estas películas.

Bridget Jones: Loca por Él

Y lo que nunca esperarías de «Bridget Jones: Loca por Él» (o, por lo menos, lo que yo nunca hubiera esperado de la película de Michael Morris) es que, a la hora de la verdad, la trama romántica y el rollo cougar fueran completamente accesorios y una especie de alivio cómico para la verdadera y gigantesca temática de la película: el duelo por la muerte de un ser querido. Porque ya he dejado caer más arriba que, en esta cuarta entrega, Mark Darcy está muerto y eso es algo que ni el tráiler oculta. Pero lo que sí que oculta es el peso específico que esta muerte ejerce sobre el resto de elementos del film.

Entretejidos con la comedia que siempre ha practicado la serie «Bridget Jones» están los hilos de una madura diatriba sobre la muerte que, contra todo pronóstico, eleva «Loca por Él» a una altura cinematográfica que no alcanza al cine de comedia metafísica de Aki Kaurismaki o Roy Andersson (ni lo pretende), pero sí que la acerca a directores especialistas en comedias capaces de congelarte la sonrisa como David O. Russell o Judd Apatow. Y esta subida del listón conceptual viene impulsada efectivamente por el personaje de Mr. Wallaker.

Es este un profesor que (¡Ojo! ¡A partir de aquí vienen un buen puñado de spoilers!) casi suspende al hijo de Bridget Jones cuando este añade el Cielo como capa superior de la atmósfera, pero también un científico que de repente comprende de dónde viene la obstinación del niño cuando discute con la madre sobre la existencia del alma como una presencia que acompaña a los vivos incluso cuando los muertos nos han abandonado. Es entonces cuando el profesor entiende que el hijo de Bridget, simple y llanamente, está buscando una forma de no soltar el recuerdo de su padre fallecido.

Y es entonces también cuando Mr. Wallaker recurre a las leyes de Newton para reconfortar a hijo (y madre) basándose en aquello de que «la materia ni se crea ni se destruye, solo se transforma» y certificar que, efectivamente, la materia y la energía de Mr. Darcy está alrededor de sus seres queridos… y también dentro de ellos. ¿Un recurso facilón? Puede que sí. Pero también precioso y tan efectivo como cuando el entrañable profesor sigue empeñado en las leyes de Newton para declararse a su objeto amoroso.

Bridget Jones: Loca por Él

Pero repito: la trama amorosa está ahí, está bien, pero es mucho menos interesante que este salvavidas científico con el que abordar la muerte que da fuerza a Bridget Jones y sus hijos para aflojar un poco con el recuerdo de Darcy sabiendo que su energía siempre estará con ellos. Que, como aprende la protagonista al final de todo, la mejor forma de honrar el recuerdo de un ser querido fallecido no es dejarte aplastar por él de tal forma que paralice tu existencia, sino seguir hacia adelante y encontrar las formas de que el recuerdo, la energía, la persona convivan plácidamente con todo lo que está por venir.

«Bridget Jones: Loca por Él» sorprende en la elocuencia con la que aborda este proceso. Ya no es solo la recurrencia de ese «¿Qué haré cuando llegue a 3?» que la protagonista se pregunta cada vez que amenaza a sus hijos con una cuenta atrás y que rompe el corazón al adquirir un nuevo significado en la escena de los globos con la que la familia empieza a soltar, a dejar ir el recuerdo del fallecido. Cuando llegues a 3, Bridget, la vida seguirá como ha seguido todas las veces que has llegado al final de la cuenta atrás. Un recurso sutil pero reparador que demuestra que la pretensión de Morris es llevar la película un pasito más allá de la comedia tradicional (no en vano, estamos hablando del director de la interesantísima «To Leslie»).

Es que, además, mucho antes de que Mr. Wallaker enuncie la ley de Newton, justo al principio de la película, Bridget ya ha demostrado que la energía de los seres amados nos acompaña en el día a día, estén vivos o muertos, en esa maravillosa escena (probablemente, mi favorita) en la que conversa con los «espectros» de todos ellos mientras se toma una copa de vino. Pidiéndoles consejo. Sabiendo exactamente qué le van a responder.. Porque en eso consiste el amor y la amistad: en compartir una energía y una materia que van a estar ahí siempre que la necesites.

Sinceramente,

Raül De Tena

Sobre el autor

Raül De Tena

Al ponerme a escribir esta bio me he dado cuenta de que, así, a lo tonto y como quien no quiere la cosa, llevo más de veinte años escribiendo sobre temas relacionados con la música, la moda, el cine, la literatura, la cultura en general. Siempre he escrito muy sinceramente... Pero, ahora, más todavía.

Comentar

Raül De Tena

Al ponerme a escribir esta bio me he dado cuenta de que, así, a lo tonto y como quien no quiere la...

Me encontrarás en…

Newsletter

3 minutos